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martes, 29 de mayo de 2012

Juego de revoluciones (Bloque 1)



 La lluvia cae sobre todas partes y no nos moja a todos por igual. Hace una asquerosa mañana, de un asqueroso domingo y la lluvia cae sobre todas partes pero no nos moja a todos por igual.


Señor Tinajo: ¿Quién se manifiesta contra los manifestantes?

Mss Anónima: El gobierno, que manda a la policía a darnos de palos.


Mina vaga de un lado a otro saboreando la independencia que tanto la ha costado lograr. Su axioma es la soledad y a la vez la consecuencia lógica a su forma de ser.
Se desliza ágil en el asfalto entre cubos de basura, siempre errante. Busca su meta, persigue su sino que no es más que la senda que le queda por recorrer. La luna es su única compañera y se reconocen mutuamente. Se miran, acompañan y nunca jamás se dejan solas. El astro la envuelve con su halo misterioso y la pone en armonía con el universo. La salva de toda esta puta locura. La aísla del macabro juego que implica sentirse humano.
Todos necesitan alguien a quién querer, alguien a quién odiar y a alguien contra el que mostrarse indiferente. Mina es pura y ha elegido no necesitar a nadie.


Señor Tinajo: ¿Cuál fue tu primer contacto con el 15 M?

Mss Anónima: Fui a una de las primeras acampadas.


(Mayo de 2012) Estamos vendidos y nadie tiene dinero para comprar. Esta frase podría englobar la sensación que corroe las entrañas de esta sociedad dividida, inconexa entre sus distintos niveles y, donde absolutamente nadie rema en la misma dirección. En este contexto es difícil luchar por un objetivo concreto. Ni siquiera el pueblo es capaz de ponerse de acuerdo pese a cargar sobre sus espaldas con el peso de la crisis. No a todos les ha afectado por igual y quizá ese sea el problema. Hasta que un número decente de personas no empiecen a morirse de hambre no cambiará nada.
Así funcionan las revoluciones. El rico no apoyará al de clase media alta hasta que pierda sus riquezas. El de clase media alta no participara en las protestas hasta que vea seriamente mermada su economía doméstica. La clase obrera no pondrá en juego su subsistencia renunciando a las manifestaciones (ese fútil lavado de conciencia para los pogres que tanto daño nos esta haciendo) y pasando a la verdadera acción hasta que no tengan un mísera hogaza de pan que llevarse a la boca. En cuánto al pobre…ese ríe en su casa de cartón (y bien que hace) a la espera de su nuevo montón de amigos.

En este entramado, lo más fácil es ponerse en manos de los políticos. Esos infames personajillos a los que tanto nos gusta denigrar, pero que no dejan de ser otro reflejo más de nosotros mismos. Todo para conservar este estado ficticio de coja usted lo que necesite, gaste usted lo que quiera que el dinero es omnisciente, aunque no lo veas esta por todas partes y nunca se acaba. Por eso si merece la pena luchar, hincar las rodillas en el suelo y practicar la mayor felación colectiva que se le haya hecho a los gobiernos en toda la historia de la humanidad, asi nos va. El capitalismo es la nueva religión y nos va a costar mucho perder la fe en ella.

Señor Tinajo: ¿Qué te hizo simpatizar con el movimiento?

Mss Anónima: Queríamos cambiar las cosas. Creo que cualquier persona con una mínima sensibilidad puede intuir que algo no va bien con la sociedad y que cada vez va a peor. De repente el 15 M puso de manifiesto que no éramos unos pocos locos los que lo pensábamos. Éramos más que unos cuantos.

 FIN





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