La vida es como tener la cara llena de granos. Te peleas con
ellos, te haces heridas pero a veces consigues explotarlos. Ese es un buen
momento, cuando incas tus dedos sobre el susodicho y aprietas suavemente,
entonces todo parece tener sentido, todo encaja. Aumentas la presión y con un
leve sonido, casi imperceptible, la grasa que lo recubre cede y el pus sale
disparado. Es como correrse. El clímax y después la nada, el vacio. De vuelta a
los abismos, eso si, merece la pena…joder merece la pena. Hablando de joder,
otra de las cosas que ayudan a poner orden entre todo este caos. ¿Por qué las
cosas buenas tienen que acabar de una forma u otra en la descarga de un líquido
espeso y blanquecino?, en fin, ya estoy divagando. Me encanta correrme y
explotarme granos, hacerlo solo o en compañía, no soy demasiado caprichoso en
cuánto a eso. Obviamente prefiero la compañía.
Tengo que hacer unos recados, coger el bus o el metro para
ver al soplapollas de Tinajo y darle esta mierda. No se porque accedí. Dice que
mi fatalismo le divierte y que tengo una forma curiosa de ver las cosas, que
saldrá en internet y no lo verá casi nadie, que no me preocupe…al cuerno con él.
Tinajo me cae bien porque en la mayoría de los casos no se le ocurre que
escribir. Me gustan los escritores faltos de creatividad, son unos fracasados,
como todos, pero ellos viven con ello, no pueden escapar ni evadirse. La
realidad los persigue en todo momento, están jodidos, vivirán jodidos y por
supuesto morirán jodidos. Son los más humanos. El resto…figuras de cera.
Decido ir en metro. La gente está jodida con el metro y yo
estoy jodido con la vida, me parece justo. No hay asientos libres y toca ir de
pie. A mi lado hay un hombre que se abraza a la barra sujeta personas como si
fuera una stripper y enfrente una muchacha de muy buen ver que aún debe ir al
instituto. Benditas sean las mujeres, las mayores claro, las menores no porque
es delito y nadie minimamente inteligente quiere acabar en el talego, aparte de
que esta muy mal visto. Me pregunto que sería del mundo sin ellas. Aportan
cordura, como un fogonazo de luz en la oscuridad. Soy consciente de que a lo
largo de la historia ha habido mujeres que han sido auténticas zorras. Margaret
Thatcher, Shara Palin , Angela Merkel entre otras, pero seguro que en la cama eran
unas gatitas, ¿ alguién se imagina a Hitler ronroneando al lado de Eva Braun? Seguro
que no. Pues eso.
Tengo un secreto inconfesable. Una verruga en el ojete, ni
siquiera lo sabe mi madre. Me lo llevaré a la tumba.
Soy Don Prepuciano y he llegado a mi parada.
"Cuando las mujeres se van haciendo mayores, se cambian de nombre. Quiero decir que muchas lo hacen. ¿Y si lo hiciera un hombre? Imaginaos que llamase alguien:
-Oye, Mike, soy Tulip.
-¿Quién?
-Tulip. Anterirmente Charles, pero ahora Tulip. No responderé más a Charles.
-Que te follen, Tulip.
Mike cuelga..."
C.B (El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco)
"Cuando las mujeres se van haciendo mayores, se cambian de nombre. Quiero decir que muchas lo hacen. ¿Y si lo hiciera un hombre? Imaginaos que llamase alguien:
-Oye, Mike, soy Tulip.
-¿Quién?
-Tulip. Anterirmente Charles, pero ahora Tulip. No responderé más a Charles.
-Que te follen, Tulip.
Mike cuelga..."
C.B (El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco)